De acuerdo con los nuevos testimonios de detenidos, más de 40 jóvenes fueron trasladados en la noche que desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa (México) en vehículos a un basurero de la vecina localidad de Cocula a donde algunos ya llegaron muertos por asfixia.
"Los otros fueron interrogados por el grupo criminal para determinar quiénes eran y los motivos de su llegada a Iguala", señaló el procurador general de ese país, Jesús Murillo Karam, en la rueda de prensa que dio este viernes.
Los estudiantes se habían desplazado a Iguala para recaudar fondos para su escuela. Para regresar a sus casas se habían apoderado de dos autobuses en Iguala, una ciudad donde sus autoridades son acusadas de servir a los Guerreros Unidos en sus pugnas territoriales con otros carteles.
Los detenidos señalan que "privaron de la vida a los sobrevivientes y después los arrojaron a la parte baja del basurero y quemaron los cuerpos" durante horas con gasolina, llantas, leña y otros elementos, dijo Murillo Karam, quien apoyó su conferencia de prensa con grabaciones de las confesiones y de la reconstrucción del crimen.
En ese basurero los peritos encontraron cenizas y algunos restos óseos humanos.
Según los detenidos, los otros restos calcinados fueron fracturados y colocados en bolsas de basura que vaciaron en un río cercano.
Murillo Karam dijo que una de las bolsas fue encontrada completa y cerrada y que en su interior fueron hallados restos humanos que podrían no llegar a ser nunca identificados. "El alto nivel de degradación por el fuego hace muy difícil la extracción de ADN que permita la identificación", agregó.
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